

La fachada y la planta baja estaban decoradas con grandes y variados ornamentos modernistas, siendo unas esculturas de Eusebi Arnau, las más llamativas, representaban dos parejas de figuras femeninas sosteniendo unas vasijas; enmarcando la entrada, con doble juego de columnas pareadas de mármol rosa, en la base de la tribuna del primer piso aparecían un grupo de cabezas femeninas. Todo esto se destruyó cuando se realizaron unas obras para adecuación de la planta baja como tienda. Las esculturas fueron destrozadas y las cabezas las recuperó el gerente de la tienda que más tarde las vendió a Salvador Dalí que las emplazó en el muro del patio de su Teatro-Museo de Figueras. El arquitecto Óscar Tusquets, a mediados de los años ochenta del siglo XX, se encargó de la restauración del resto del edificio, restituyendo los pináculos y el templete de la cornisa de la parte superior del edificio, que había sufrido graves destrozos por el fuego de ametralladoras durante la guerra civil española de 1936. En 1992 se llevó a cabo una nueva restauración con la recuperación de elementos arquitectónicos de la fachada.
En 2006 la casa fue adquirida por el Grupo Núñez y Navarro. Puso en marcha su rehabilitación y recuperación arquitectónica, continua dada las características de las obras. El edificio es de uso privado, alquilándose sus diferentes plantas. Desde el año 2007 la casa forma parte de la Ruta Europea del Modernismo, y con todo, es una de las casas más emblemáticas de la conocida “manzana de la discordia” de Barcelona, conjuntamente con la Casa Amatller y la Casa Batlló. El edificio se abrió por primera vez al público la noche del 10 de septiembre de 2009 durante 4 horas, para celebrar la noche blanca de la cultura, celebración orquestrada por TV3 en conmemoración de su aniversario. Es conocida como Nit10.
En abril de 2012 se concluyeron cuatro meses de obras en los bajos comerciales, recuperándose algunos de los elementos destruidos, como la puerta de carruajes, y algunas columnas y mosaicos.
Paseo de Gracia, nº 35. Barcelona.
Fotografías: Andres Mauri.
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Estamos seguros que algún día se reproducirán las ninfas desaparecidas y se volverán a colocar. Es una deuda que Loewe tiene con Barcelona.
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